miércoles, 16 de marzo de 2011

Benito Pérez Galdós

Nace en 1843 en Las Palmas de Gran Canaria, dentro de una familia acomodada. Sin embargo, pasa la mayor parte de su vida en Madrid. Escribe mucho y obtiene un gran éxito popular, aunque no le faltan enemigos dado el talante liberal y anticlerical de sus primeros tiempos, así como su republicanismo final.

Novelista de la Realidad
Galdós se inspira en la realidad misma para escribir su obra. Y esa realidad la encuentra sobre todo en el Madrid Decimonónico, el cual se convierte en una muestra de la España que quiere representar.
El resultado es el retrato de una manera de ser español, que conoce de la mano de Cervantes, el maestro indiscutible de la ironía y el humor e incansable analista de la sociedad de su tiempo.

Misericordia:
E
n esta novel Galdós relata la miseria en la que viven los que nacieron en ella (los mendigos) y quienes a ella llegaron por culpa del destino, por sus propios errores (burgueses arruinados).
Entre estos personajes destaca la bondad de Benina (Nina), una criada que establece un puente entre los dos mundos. Para todos Nina será el único alivio, la única esperanza, la superación del mal por el bien, pues a todos sirve y a todos consuela.

···Los intrépidos soldados de la miseria.
Como una parte del cuadro social que nos pinta Galdós, contemplamos en primer plano las figuras deformes y andrajosas de los desdichados mendigos que pueblan la ciudad. Estos montan guardia a las puertas de las Iglesias para recibir las limosnas de los ricos.

Aunque denuncia las desigualdades e injusticias, Galdós no cae en el panfleto: no es la sociedad de los buenos frente a la sociedad de los malos, ya que en todos los ámbitos tiene cabida el egoísmo, la hipocresía y la falsedad.

···Los que rodaron hasta la profunda miseria.
Galdós muestra en esta obra cómo la clase media, en la que él confiaba para construir el futuro de España y terminó decepcionándole, se convierte en una clase venida a menos.
···Los que tienen derecho a soñar y sueñan.
L
a agobiante realidad que con detalle nos muestra la vida mísera de los más miserables, contrasta en esta novela con esa otra realidad soñada, imaginada, deseada; y no por ello menos real. Las ensoñaciones realmente existen cuando surgen de la esperanza de los que tienen fe, de los que creen firmemente en la fuerza del deseo y confían en que el bien puede sobreponerse siempre al mal.

···Cuando los sueños se hacen realidad.
La fuerza d elo imaginado crea la realidad: Nina ha imaginado con tanta fuerza la existencia del buen clérico don Romualdo, que al final un hombre con este mismo nombre le da la buena noticia de la herencia de un pariente rico a la viuda de Zapata.

···Por encima de la miseria, el triunfo.
A
demás de la miseria material, Benina sufre de la miseria espiritual de unas gentes ingratas que, cuando mejoran económicamente, la abandonan a su suerte porque ya no les resulta útil.
Sin embargo, Nina no siente rencor, sino desprecio por la vanidad de los seres humanos.
Ella está orgullosa del deber cumplido y siente que el bien ha triunfado sobre el mal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario